A Mariano Rajoy nadie ya le tiene que enseñar la lección pues demostró que la tenía muy bien aprendida, y antes de meterse a fondo en una crítica hacia la gestión actual del presidente Rodríguez Zapatero, hizo hincapié en lo que interesa más a los ceutíes: el apego que puede tener que opta a ser presidente del Gobierno con la ciudad autónoma.
Así que en esta ocasión Rajoy no tuvo que recordar episodios de la vieja mili ni hacer memoria sobre dónde adquirió su primer transistor, la alternativa al Gobierno aprovechó su intervención para “reafirmar mi compromiso con la ciudad de Ceuta”, insistiendo en los déficit que arrastra un territorio que presenta unas especificidades que requieren de un trato distinto por parte de Madrid. “Todos los españoles somos iguales y esto es lo que exige un trato desigual cuando hay hechos que nos diferencian”, indicó Rajoy, quien prometió trabajar por el futuro de Ceuta, convencido de que lo tiene, apoyando la ciudad desde la presidencia del Gobierno.